Vuelvo a las andadas

Cuatro meses he estado en casa. Los dos primeros se me pasaron volando entre reencuentros y Navidad, pero después volvió el confinamiento a Madrid y empecé a ahogarme. Vivir con mis padres y hermanos de nuevo después de tanto tiempo fuera, por mucho que les quiera, empezaba a pesar y mucho más si apenas puedes salir de casa, no tienes trabajo ni ocupación alguna. Las semanas se me hacían eternas y empecé a plantearme de todo: estudiar algún curso, cuidar niños, alquilarme un loft... e incluso volver a hacer WorkAway por mi cuenta. Ya no podía contar con Sergio porque él había recuperado su trabajo y estaba demasiado ocupado buscando piso.

Toques de queda, conciertos con mascarilla, nevadas históricas, operación de ojos, visitas al dentista... solo faltaba un flequillo. Y pasó.

Tal y como está el tema de viajar en pandemia, no me parecía sensato irme demasiado lejos así que rechacé un voluntariado en Polonia que me ofrecieron de los European Solidarity Corps. Me dediqué a buscar WorkAways en España y Portugal pero debí solicitar cerca de quince y sólo me respondieron dos para decirme que no. No me sorprendía, tal y cómo está la situación, pero me desesperaba. Y así, un poco a la desesperada, fue como tomé la decisión de registrarme en una web nueva.

Trusted House Sitters

Al contrario que WorkAway, en THS no vas a las casas de la gente para trabajar y que te mantengan si no que vas a cuidarlas mientras las personas no están. La mayoría quieren que te encargues de sus mascotas mientas se van de vacaciones, pero también hay gente que quiere alguien que simplemente ocupe su casa porque la van a dejar temporadas más largas. A esta web también le tenía echado el ojo desde hace unos años, pero el precio anual me parecía bastante caro y además en Europa tiene muy poca oferta y mucha demanda. Aun así, decidí probar suerte y hoy vengo a contaros que no me arrepiento.

Lo primero es que me registré en la web con un código de descuento que encontré en un blog, así que me salió alrededor de 75€ el año (bastante más comparado con los 40€ que pagamos en WorkAway como podéis ver). Durante un mes escribí a más de veinte perfiles, todos me rechazaron. Y yo lo veía normal: a las pocas horas de haber publicado un anuncio ya tenían muchísimas solicitudes. La cosa cambió hace pocas semanas, cuando una pareja de ingleses parecían interesados en mi perfil para cuidar su casa en Tarragona.

La situación era la siguiente: ellos estaban atascados en Inglaterra por las restricciones del COVID desde hacía meses y la chica que estaba cuidando de sus tres perros no podía alargar más su estancia. Necesitaban alguien que la sustituyese, que ese alguien tuviese coche y que pudiese presentarse en Cataluña en poco más de una semana. Supongo que ya os imagináis quién fue ese alguien.

Se lo dije a mi familia, que ya no se sorprenden de nada, y me despedí en pocos días de todos los que pude. Y así fue como un lunes cualquiera de marzo cogí mi cochecito (AH SÍ, me compré un coche en enero!!), puse los pitufos makineros a tope y conduje hasta mi nuevo hogar temporal. Y desde aquí os contaré más cosas, pero mejor otro día que ya es mucho por asimilar y a mí me gusta hacerlo todo poco a poco, tranquilamente. Gracias a los que habéis vuelto,

Estela.