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Sant Jordi

El plan era utilizar este post para presentaros por fin a los perros, pero tendré que dejarlo para el siguiente porque me apetece mucho más hablaros de lo bien que me lo pasé el viernes.

Antes de nada debo aclarar que aquí salgo tan poco que cualquier cosa, incluso ir al ALDI, me parece emocionante. Pero aun así, os prometo que el otro día hice algo más que ir a comprar.


Hace unas semanas se me ocurrió utilizar la web de WorkAway para ver si había algún proyecto cercano para poder conocer gente y tener algo que hacer. Con esto de la pandemia socializar es más difícil que nunca, pero había que probar suerte. Mi sorpresa fue encontrar uno en el mismísimo pueblo en el que yo estoy viviendo, no me lo podía creer. Rápidamente les escribí explicando mi situación y enseguida recibí un mensaje que me invitaba a ir a su casa al día siguiente.


Paseando por el embalse

Y así fue como conocí a Al y Griselda, dos amigos de Barcelona que se han comprado una casa aquí y tienen un proyecto de ecoliving muy interesante por delante. Les propuse ayudarles a reformar y pintar a cambio de aprender un poco de catalán y la idea pareció gustarles. Así que puedo decir muy orgullosa de mí misma que he hecho amigos en un pueblo de 230 habitantes en medio de las montañas catalanas.


También hemos quedado para pasear por el bosque y ver Frozen (¿de quién sería esta maravillosa idea? ejem ejem) y yo empiezo a entender bastante bien el catalán, aunque no parlo molt encara. Pero lo mejor llegó este jueves cuando Griselda me dijo que el viernes no trabajaba y me propuso ir a ver la celebración de Sant Jordi.


Me hizo muchísima ilusión porque por mí misma ni siquiera había caído en la cuenta de que el día del libro se celebra especialmente aquí en Cataluña. Así que el viernes por la mañana nos acercamos juntas a Reus y visitamos el Parc Sant Jordi, que estaba lleno de puestecitos con libros y rosas. Griselda me contó la leyenda del caballero y el dragón, que si algún día la conocí se me había olvidado por completo y, no solo eso, sino que ¡me regaló un libro! Y en catalá jajajja. Fue la primera vez que alguien me regalaba un libro en el día del libro, así que os podéis imaginar la ilusión que me hizo.


En Cataluña, el 23 de abril es más que el día del libro y la rosa:
es el día de los enamorados

Luego me invitó a comer y le estuve ayudando a colocar algunos muebles que trajeron desde Barcelona esa misma mañana. Se convirtió realmente en el día más interesante desde que vivo aquí, porque el transportista también era muy simpático y estuvo ayudándome con el idioma.


Estar sola y en paz aquí en el bosque mola pero ya ha pasado más de un mes y empieza a pesar. Socializar y hacer algo diferente de vez en cuando gracias a Griselda y Al me está ayudando un montón. Aunque las cosas van a ser muy diferentes a partir de esta semana:


  1. ¡Gloria viene a visitarnos un par de días!

  2. ¡Sergio se muda con nosotros a partir del sábado!


Y no os preocupeis que, queráis o no, yo vendré a contaros todo. Moltes gràcies a tots!


Estela.




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