Swift

Doggies

La visita de Gloria fue corta pero la disfrutamos un montón. Los perros se pusieron muy felices al verla y yo me lo pasé genial. Aproveché para presentarle a Griselda y Al, comimos todos juntos en el bar del pueblo y luego subimos por el viaducto hasta las vías del tren. Me encantó descubrir un lugar tan bonito, estoy deseando enseñárselo a Sergio cuando llegue.

Por la noche, Gloria me hizo una tortilla de patatas riquííísima y aprovechó para dejar bien achuchados a los peludos. A la mañana siguiente tuve que madrugar bastante para ir a la estación pero lo hice con gusto porque su visita había merecido la pena. Aproveché el viaje y que era pronto para hacer la compra, especialmente para llenar el maletero de comida para las tres bestias que os voy a presentar a continuación.

Beau, Chunky y Suzie. Ellos son la razón de que yo esté aquí en Tarragona, viviendo gratis en esta casa enorme en medio de las montañas. Mi misión consiste en pasearlos, darles de comer y amarlos 24/7. Simple.


Tienen personalidades muy diferentes pero a rasgos generales son cariñosos y obedientes, no se alejan mucho de donde yo estoy ni muerden cosas ni me roban comida… pero bueno, vamos uno a uno.



Suzie

Es la más joven y tiene un pasado un poco turbio; según me contó Gloria, la utilizaban para peleas de perros y tener bebés ¡Tiene la cara llenita de cicatrices, la pobre! No sé qué raza/mezcla es aunque en la cartilla del vete la tienen puesta como Pitbull, así que vamos a fingir que nos lo creemos.


Tiene displasia de cadera por lo que anda un poco raro y apenas corre, pero aun así es la más independiente y en la mayoría de paseos se pierde por el bosque y vuelve cuando quiere, por más que yo la llame. Cuando no estoy de humor o está lloviendo le pongo la correa para ahorrarme disgustos.


Es una perrita de lo más adorable, la única que puedo coger en brazos y además cuando está contenta mueve sus patitas de una manera tan alegre que siempre me contagia su felicidad.



Chunky

Este Bulldog inglés es el líder de la manada aunque no lo parezca a primera vista y con el que más me ha costado encajar. En parte, supongo, porque él es feo y yo superficial. Pero también porque es algo más arisco que sus hermanos y tiene un carácter bastante fuerte. Ladra porque sí y durante los paseos no se despega de mí hasta el punto de ser agobiante, en cambio en casa se pasa casi todo el tiempo durmiendo.


En un mes he tenido que llevarle dos veces al veterinario por una infección y estar dándole pastillas. Pero bueno, poco a poco nos vamos adaptando el uno al otro y creo que lo llevamos bastante mejor. Al fin y al cabo, él no tiene la culpa de estar gordo y arrugado.


Beau

Lo mejor para el final. Me robó el corazón desde que lo vi en foto y sigue haciéndolo día a día. Un American Stafford guapísimo, precioso y que es un bombón, el perro más cariñoso del mundo. No me deja sola casi nunca, tiene bastante ansiedad de separación, pero a mí no me importa porque me encanta tenerle cerca. Además, me siento protegida con un perrazo como él a mi lado.


Beau es todo negro a excepción de sus patas y cola, que acaban en blanco, lo que me hace verle como si tuviese pinceles a lo largo del cuerpo y se me hace más bonito todavía. Sé que está feo tener perro favorito pero peor sería esconderlo ¿no? Miedo me da el día que tenga que separarme de él…


Como veis, no puedo quejarme de la compañía, es casi imposible aburrirse con estos tres y pasearlos por la montaña se ha convertido en la mejor terapia del mundo. Y ahora os dejo, voy a disfrutar de mis últimas horas de soledad porque Sergio ya está de camino. Gracias por leerme,


Estela.

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