Swift

Tres semanas


Pues ya estaría ¡nuestro primer WorkAway completado! Parece increíble pero ha pasado: a principios de mes dejamos nuestro apartamento en París y hemos estado viviendo en casa de un extraño. Llevaba años queriendo hacer algo así y por fin he tenido la oportunidad. 


Sergio y yo decidimos quedarnos tres semanas en cada casa porque un mes nos parecía muy largo pero dos semanas demasiado cortas, y además nos cuadraba bien para hacer cuatro o cinco WorkAways diferentes de camino a España. Aloïs, que lleva ya un par de años en esto del voluntariado, coincide con nosotros en que tres semanas es el periodo ideal si estás viajando:


  • la primera semana para ver cómo funciona la cosa

  • la segunda para decidir si te gusta

  • la última para disfrutarla a tope o, por el contrario, pensar “esto ya se acaba”


También dice que así evitas encariñarte demasiado y que sea duro irse. Tiene sentido aunque obviamente dependiendo de los planes de cada uno esto puede variar; si quieres aprender algo en concreto como construir una casa pues necesitarás estar varios meses en un mismo sitio. En nuestro caso, se confirma que tres semanas son perfectas para nuestro objetivo de vivir experiencias y hablar francés.


Lo cierto es que la última semana en casa de Christophe ha sido tan tranquila que ha rozado el aburrimiento. Apenas había nada que hacer, a parte de alimentar a los animales solo limpiamos los canalones una mañana y poco más. Lo más interesante que hicimos fue ir a un mercado de antigüedades el domingo por la mañana. Yo nunca había estado en uno y la verdad que si tuviese dinero y espacio creo que llenaría la casa de mierdas de ese tipo, pero afortunadamente no me fue posible comprar nada.


CALDERO DE BRUJA BELLO, ELEGANTE Y FUNCIONAL

El lunes fue nuestro último día y fue igual de tranquilo que los otros. Por la mañana nos acercamos  a un mercado de animales que me decepcionó muchísimo porque “animales” por lo visto quiere decir gallinas, patos, una cabra y algunos conejos, todos ellos hacinaditos en jaulas. Acabé comprándome calcetines  y volviendo a casa a hacer la maleta y disfrutar de mis gatos bebé por última vez.


¿Cómo valorar estas tres semanas? Yo diría 6/10. 


TRABAJO: Básicamente era dar de comer a los animales y nos llevaba una media hora diaria. No hemos hecho grandes cosas que se salgan de ahí, lo que por un lado está bien porque han sido casi como unas vacaciones pero por otro nos ha faltado actividad y sobre todo aprender algo nuevo.


HOST: No puedo mentiros, Christophe nos ha caído fatal desde el momento cero. Ni su forma de ser ni de pensar encajaba con nosotros, ni la nuestra con él. Tampoco nos explicaba las cosas que había que hacer ni nos proporcionaba el material adecuado y además si preguntabas te hacía sentir boba. Estas semanas con él me han dado material para criticar durante todos los años que me resten de vida.


LUGAR: La casa era genial pero dormir en la caravana no me hacía gracia. No podíamos estar durante el día porque era un horno y por las mañanas los gallos se subían a ella a cantar. Eso sí, los alrededores eran tranquilos, con unos lagos preciosos y a 10 minutos de Bletterans, un pueblo con comercios y la feria que os conté.


EXTRAS: Los gatitos bebé me han dado la vida cada día y ya los echo de menos a todos. Y cómo no, Aloïs ha sido el gran punto a favor de esta experiencia. Gracias a él nuestro francés ha mejorado, nos lo hemos pasado genial y ha sido mucho menos incómodo aguantar a Christophe durante las cenas. Ha sido una suerte y privilegio coincidir con nuestro Hércules particular.


Y con todo esto, ayer cargamos el coche después de desayunar y emprendimos rumbo sureste. Fue una ruta preciosa atravesando montañas en su mayoría hasta llegar a nuestro nuevo hogar en medio de la nada. Volvemos a empezar la aventura y todo es tan diferente que os lo vendré a contar otro día para crear expectación y encontrar las palabras adecuadas. Gracias por seguirme,


Estela.

MÁS POR AQUÍ

0 Comments

Flickr Images